ENTREVISTA REALIZADA EN EL PROGRAMA "SUENA LA COPLA"

Abril de 1.996. Realizada por Paco Valladares

 

Nuestra estrella invitada de hoy nació en El Ejido, provincia de Almería, y es una de las voces más populares del país. Viéndolo y escuchándolo, compartiremos las notas de dolor por la pérdida de una madre, disfrutaremos con el salero de una minifalda y hasta cantaremos viva España. Esta noche, para todos ustedes, sonarán las coplas de Manolo Escobar.

Buenas noches, Manolo.

Buenas noches, Paco. Buenas noches a todos ustedes.

Antes de nada, Manolo, quería decirte que vaya repertorio extenso de actuaciones tuyas que hemos encontrado en los archivos de TVE. ¿Cuántas canciones habrás grabado a lo largo de tu carrera artística?

Uf. No lo sé. Francamente, no lo sé. Pero vamos a pensar que, si llevo treinta y tantos años grabando discos, a dos elepés por año, poco más o menos, deben andar por las setecientas y pico u ochocientas canciones.

Qué barbaridad.

Qué barbaridad, tú lo has dicho. Sí, es verdad.

Manolo, nadie discutiría que eres uno de los cantantes más conocidos de España. Pero vamos a recordarle al público de "Suena la copla" cómo se hizo Manolo Escobar. Tú naciste el quinto de una familia de diez hermanos. Muchos, quizá, para el negocio que tenía tu padre, una modesta fonda que se llamaba "Casa de Antonio García".

Sí. Mi padre... Bueno, mis padres. Primeramente, toda la familia de mi padre era agricultora. Pero a él no le gustaba el campo. Entonces prefirió hacerse comerciante, y teníamos una tienda de ultramarinos y una fonda o posada, donde paraba y comía toda la gente que iba por allí. La verdad es que hasta cierto momento aquello no fue mal, pero cuando se terminó la guerra civil, los primeros años cuarenta fueron francamente agobiantes. Y entonces llegó un momento en que nos tuvimos que marchar. Al decir nosotros me refiero a mi hermano Baldomero y a mi hermano Salvador, que son mayores que yo. Los dos inmediatamente anteriores a mí, porque los dos mayores, Antonio y María, ya estaban casados. Allí nos fuimos, en el año 46, yo con 12 años, Salvador tenía 14 ó 15, y Baldomero pues 17 ó 18. Nos fuimos a descubrir Barcelona y nos colocamos. Empezamos a trabajar y nos llevamos a nuestros padres. Eso fue en el año 46, y en enero del 47 ya estaba toda mi familia en Barcelona. En Badalona, concretamente.

No fueron nada fáciles los primeros años en Cataluña, verdad? Creo que tuviste que hacer de casi todo. Fuiste albañil, ebanista, auxiliar de correos, bueno no sé cuántas cosas más. Pero entonces, ¿tú ya cantabas o lo de cantar surgió así un buen día, de repente?

No, yo lo de cantar siempre lo he llevao conmigo. Yo recuerdo que mucho antes de venir a Barcelona, en mi casa ya teníamos una rondalla. El maestro nacional que mi padre llevó a mi casa para que nos enseñara a nosotros... pues... las primeras... El quería que nosotros aprendiéramos "las cuatro reglas". Que con las cuatro reglas, que según él eran sumar, restar, multiplicar y dividir, nosotros ya podríamos defendernos en la vida. Y al mismo tiempo, el profesor que se llevó a casa nos enseñó música. Por lo tanto, nosotros ya hacíamos una rondalla. Yo recuerdo haber cantado toda mi vida.
Y en cuanto al trabajo, sí, el cantar me ha reportado muchos disgustos. Muchas satisfacciones, pero muchos disgustos. Había algunos.... Cuando yo trabajaba de peón de albañil... je, je... el señor aquel, que era un catalán que... je, je, Puçelá, un tipo increíble de bueno... pero que quería.... que no le gustaba que yo cantara, porque decía que en el trabajo no se podía cantar. Y yo le decía, pero hombre, si yo... yo sigo trabajando... Sí, pero los demás no; los demás te escuchan....Tenía cierta razón. Pero bueno, hasta cierto punto. Pero todo eso era amateur, como simple aficionado.
Yo recuerdo que mis primeros pasos los dí en la EAJ1, en Radio Barcelona, en una oportunidad que me ofreció un señor que era tío de un compañero mío de la mili, que se llamaba José María Nadal. Mi compañero, en las fiestas que siempre damos cuando nos licenciamos, pues yo, como he cantao siempre, pues aquel señor me escuchó, me llevó a la radio; y al mismo tiempo de llevarme, luego se convirtió en el autor de mis primeras canciones, él de la letra y mi hermano Juan de la música. Y además se convirtió luego en mi representante. Es curioso.

Acabamos de oirte cantar una canción que grabó por primera vez Concha Piquer, y luego han grabado muchos cantantes de coplas, como Pastora Imperio, Pepe Marchena. Pero tú tienes un estilo tan personal, que así, a bote pronto, no puede decirse ni a quién admirabas cuando ni pensabas dedicarte a cantar.

Bueno, yo admiraba a mucha gente, y sigo admirando a mucha gente. Al que lo hace bien, o que yo creo que lo hace bien, o por lo menos que a mí me pellizca, que me entra, que me cala, que me pone el vello de punta. En aquellos entonces, pues me gustaba mucho Manolo Caracol. Y si me aprietas mucho te diré que por encima de todos los demás. Pero, como un contrasentido, también me gustaba Pepe Blanco. Era curioso, me gustaba mucho. Y, por decirte, me gustaba Manolo el Malagueño, me gustaba el Príncipe Gitano, la gente que yo cantaba sus canciones. Incluso yo llegué a cantar canciones de una persona que luego después me he cruzado 40.000 veces con ella cantando, que se llama Juan Valderrama. Juan Valderrama fue la primera persona que me contrató en esta vida del teatro. Cuando yo.... el primer espectáculo que yo hice, que se llamaba "Canta Manolo Escobar", yo no era el empresario. Yo estaba contratao por Juan Valderrama, que desde entonces sé que se llama Blanca. Juan Valderrama Blanca. Una persona a la que yo quiero, al igual que a todos los demás, a la que yo quiero entrañablemente.

Manolo, estábamos en tus comienzos. Una vez, ya que te dedicaste a la canción profesionalmente con el acompañamiento de tus hermanos, empezaron las galas, las giras. Creo que por la primera gala cobraste 350 ptas., que creo que no te dió ni para el taxi.

No fue así. El precio sí, pero no fue así exactamente. Yo, cuando empecé, fue con mi hermano Juan a la guitarra y yo cantando. Y cuando nos examinamos, porque entonces para ser cantante había que examinarse, porque había que tener un carnet que decía "Teatro, circo y variedades". Hoy, to el mundo que sabe cantar, sale y canta. Pero entonces no, entonces para cantar profesionalmente te lo exigían. Y yo recuerdo que era un... pues, una fiesta que había para la patrona de los soldados de infantería. ¿De infantería era, Manolo? Infantería o artillería, no recuerdo exactamente. Y íbamos Juan y yo. Pero entonces, habíamos montado el grupo nuestro de Manolo Escobar y sus hermanos, con Baldomero y Salvador. Porque nosotros queríamos hacer un conjunto importante en España, como ya existían, por ejemplo, los "Gali", que eran un guitarrista y tres cantantes, y nosotros éramos al contrario, tres guitarristas y un cantante, como los "Xey"... En fin, queríamos ser un número. Fuimos al empresario, que luego fue un gran amigo mío, y le dijimos: Oye, ¿Podemos ir en vez de dos, cuatro? Y entonces nos dijo: Si cobrais lo mismo, sí. Y entonces, cobramos por aquella actuación, los cuatro, 350 ptas.

Profesionalmente, a tí se te había quedado pequeño ya tu pueblo, Barcelona y hasta la Costa Brava. Así que decidiste dar el salto a Francia. Tres meses de turné por el midi francés. Yo no sí si fue osadía, confianza o una simple aventura, pero te salió muy bien.

Temeridad, temeridad. No, no fue exactamente así. Yo hice esa turné por el midi francés, pero no duró tanto tiempo. Lo que pasa es que luego pasamos a París, y allí trabajamos. Nos llevamos mis hermanos y yo los billetes y 50.000 ptas. Y los billetes de ida y vuelta, para que no nos pudiera coger el toro. Llegamos allí, trabajamos dos o tres meses y volvimos con 50.000 ptas. Ganamos lo justo para mantenernos. Aquella fue una época entrañable, unos meses preciosos.
Yo recuerdo que Salvador, que sabe cocinar muy bien, cocinaba. Baldomero hacía la compra y yo fregaba. O sea, que no nos podíamos administrar mejor. Porque si vivíamos en una pensión-hotel, no ganábamos para eso. Teniamos una buhardilla en el último piso, y lo pasábamos muy bien. Hasta que nos reclamaron de la casa de discos porque teníamos que grabar, y volvimos. O sea, no descubrimos el mundo, pero nos sirvió de muchísimo, de verdad.

Tú, Manolo, mucho "viva el vino y las mujeres", pero un día conociste en Playa de Aro a una turista alemana, y para ti ya, te enamoraste perdidamente de ella, y se acabaron todas las demás mujeres, ¿no?

Y todos los demás vinos.

Y aprovechaste una gira tuya en Alemania para cantar a nuestros emigrantes y te casaste con ella en su ciudad natal, en Colonia, ¿no?

Bueno, casi todo lo que has dicho es verdad menos unas cuantas cosas que yo te voy a aclarar. Yo la conocí en Playa de Aro. Conocí a una mujer que me deslumbró, y luego me engañó, porque yo la conocí de morena. Era una morena impresionante con los ojos verdes, y resulta que era puro laboratorio, porque ella es rubia. Está más guapa de rubia, porque ella es rubia. Sí, nos enamoramos, y ella se marchó. Se marchó a Alemania, y cuando yo terminé aquella temporada en Playa de Aro, me había buscado un contrato en Alemania para cantar. Pero no para los emigrantes, porque eso fue en el año 59, y los emigrantes vinieron algunos años después. Pero sí te digo que ella tuvo ese... esa pasión por el que luego tenía que ser su marido, que me buscó un trabajo. Llegué allí, trabajé 15 días en el mes de septiembre u octubre, y me casé el día 10 de diciembre, sin saber ni una palabra de alemán ni ella de español.

¿Cómo se llama?

Ana. Anita. A ella fue a la que yo le dediqué el bolero aquel. Por cierto, la letra es de aquel poeta que hablábamos al principio que se llama José María Nadal. Es un bolero precioso que yo le dediqué a ella, y que se llama "Tu nombre de Anita".

Empezaba la década de los 70, y la economía de España se dividía en dos: la de los emigrantes y la del turismo, por aquel entonces en pleno auge. Tú, la de los emigrantes ya lo tenías dominado. Y la de los turistas, lo conseguiste con una canción compuesta por unos alemanes, holandeses o flamencos.

Eran flamencos, pero flamencos de allí de Flandes, no flamencos de Despeñaperros pabajo. Eran unas personas que compusieron "Y viva España", una canción que yo nunca hubiera querido grabar. Me llamó la casa de discos y me dijo: Aquí hay una canción que queremos que grabes. Y yo, cuando escuché la canción, pues ví que me consideraban un cantante de la España de pandereta. Y yo iba a decir que viva el fandango y la sardana, y viva Cartagena, y el sol y las mujeres, y el vino.... me van a crucificar.
Me equivoqué, y me alegro de haberme equivocao, porque yo no quería grabarla y ha sido la canción que más se ha vendido, y me temo que incluso sea la canción que más se venda en España. Porque ahora, para ser disco de oro necesitas vender 50.000 ejemplares. De Y viva España se vendieron 6 millones y pico. Fácil, también, además de que entonces se vendía mucho disco, los extranjeros que venían se llevaban un "viva España" debajo del brazo. Porque ocurrió también algunos años después con aquello de "los pajaritos". O sea, que la gente venía aquí, bailaba los pajaritos y se llevaba los pajaritos.
Pero la verdad es que esa canción sola ha hecho casi tantas ventas como una producción entera de un artista de gran éxito. Es curioso.

Amor y éxito. Tú en poco tiempo habías conseguido todo lo que un hombre pueda desear, muy popular en toda España. Pero tú has dicho también muchas veces que el público no es ni duro ni fácil, es según lo que se le ofrece. ¿Cuál es tu secreto, Manolo?

Yo creo, además lo he dicho siempre, que el secreto de Manolo Escobar es no tener secretos, es como un vaso de agua clara. Todo el mundo sabe pues.... eso, que como era mi familia, que iba con mis hermanos, como era mi mujer, que nos queremos todavía... O sea, nunca he sido yo una persona que haya tenido ni escándalos ni nada de eso. Por lo tanto, eso puede ser que forme parte. El público no es que sea fácil ni difícil, sino simplemente que, si no le engañas, el público no te traiciona tampoco. Dicen que en España somos muy dados a crear ídolos para derribarlos. Y no es verdad. Los ídolos se derriban ellos solos, porque yo llevo gozando del favor del público ya cerca de 40 años, y el público sigue asistiendo a los conciertos que doy. ¿Por qué? Porque saben que yo no los voy a defraudar nunca. El día que yo no pueda dar a la gente lo que ellos me demanden, pues me voy y tan felices, que ya me lo merezco también.

Ese es tu secreto.

Sí, el no tener secretos.

Manolo, tú a finales de los 60 ya eras un fenómeno social. No había emisora de radio que no pusiera tus canciones un montón de veces al día. Y además, cualquier título que lanzabas se hacía archiconocido. Pero quizás, no sé, el primero y uno de los más grandes fue el porompompero. Pero mira lo que dice un compañero tuyo, un colega:

Enrique Vargas:
Manolo un día me dijo en la playa: Enrique, ¿por qué no me deja Vd. grabar el porompompero? Y yo le dije: Manolo, llevo 4 años queriéndola grabar, estoy llamando a la casa, pero no la puedo grabar porque estoy en pleito. Te prometo que, cuando la grabe, el segundo serás tú.
¿Qué pasó? Que en el teatro Victoria, llevaba yo un pianista que se llamaba Enrique Quiroga, le dio la partitura a Manolo, Manolo la grabó en Belter. Estaba trabajando allí, la aprendió, lógico. Y un día, estando yo en mi casa, estaba en la radio sonando el porompompero. Y mi mujer me dice: ¿Tú has grabao el porompompero? -Yo no. - Pues está en la radio.
Que da la casualidad que un día, él tiene un chalet muy bonito en Benidorm, y me dice: Mira cómo le he puesto al chalet, Enrique: El porompompero. Y yo digo: pues haberle puesto "el Príncipe Gitano", que era lo normal, no? Esto fue auténtico.

Manolo, ¿qué dices a eso?

Pues que Enrique tiene razón. Un abrazo, Enrique, desde aquí, fuerte para tí, te lo mereces. Bueno, razón en la mayoría de las cosas, no en todo. Bien es verdad que esa canción la escuché yo por primera vez a Enrique, que la cantaba mejor que yo, sin lugar a dudas, porque siempre ha cantao mejor que yo. En una época, al principio de los 60, en que en el teatro Victoria de Barcelona hacían variedades, y Enrique estaba allí de figura, y yo era el telonero. Y le escuché esa canción, y a mí me gustó muchísimo. Y entonces procuré contactar con Juan Solano, que era el autor de ella, para que me diera la música. Pero no pude contactar con él, porque estaba en América acompañando a Sara Montiel. Total, que yo tenía que grabar, como aquel que dice, de oídas. Esa fue mi enorme suerte, porque si Solano me la hubiese dado, a lo mejor la habría hecho más flamenquita, o intentado hacerla más flamenca, como la hacía Enrique, y entonces yo la simplifiqué. Enrique la hacía más flamenca. A lo mejor tuve la enorme suerte de no encontrar al autor, a Solano, y de hacerla a mi manera, de una forma que después la pudo cantar todo el mundo.

Manolo, llegó un momento en que, bueno, todas las canciones que lanzabas tú al mercado eran un éxito enorme, ¿no? Fueron aquellas del marinero, yo soy un hombre del campo, el porompompero y hasta mi carro. Que por cierto, creo que hasta el Rey te preguntó por el carro, ¿no?

Ja, ja, ja. Tuvo mucho arte. Pero fue más sencillo que todo eso. La primera vez que a mí me invitaron a una fiesta en la Zarzuela, que me dio mucha alegría poderle estrechar la mano al Rey, pues cuando ya estamos en el patio tomando unas copas, pues él va visitando a todo el mundo, cruzando la palabra, pues es un tipo fenomenal. Y llegó a mí... Fue en aquella época, no sé si os acordais, que no sé qué había ocurrido en su familia, que fue a la piscina corriendo y se dió contra un vidrio y se hirió. Y tenía la mano izquierda herida. La tenía, no sé si en cabestrillo, pero la tenía vendada. Y entonces yo, que siempre me ha parecido que Su Majestad era zurdo, porque siempre cuando saluda, saluda con la mano izquierda. Y entonces, cuando se acercó a nosotros y tal y cual, pues nos saludó, me felicitó, y tal... en fin, las cosas del Rey. Pues yo me atreví a preguntarle: Majestad, ¿usted es zurdo? Y me dijo que sí. Y digo: Pues entonces, ahora con la mano.... Y me dijo que, firmar, firmaba con la derecha. Yo ya me dí por satisfecho con la pregunta que le había hecho... Y entonces él me preguntó: Y tú, ¿has encontrao el carro? Y yo le dije: Pues no, todavía no. Fue muy bonito.

Mi carro. ¿En qué lugar colocas tú esta canción en el "hit parade" de éxitos tuyos, particular?

Bueno, pues yo, si partimos de la base de que tengo treinta y tantos discos de oro, es porque hay muchísimos éxitos. Pero creo francamente que yo tento un repóker de éxitos, o sea, de canciones que han sido auténticamente millonarias. Se han vendido más de un millón de ejemplares. Junto con el viva España que dijimos antes, el resto son el porompompero, madrecita María del Carmen, el carro y la minifalda. Esas son las cinco canciones auténticamente millonarias. Por lo tanto, colócalas en el sitio que quieras, del uno al cinco.

Tú en 1.963 rodaste tu primera película, Los Guerrilleros. Con tu buena amiga Rocío Jurado. ¿Cómo os conocísteis profesionalmente Rocío Jurado y tú? ¿Fue en aquella película?

Nos conocimos en aquella película. Rocío estaba cantando entonces en un tablao flamenco que se llamaba "el duende", que era de Gitanillo de Triana. Y cuando yo fui a hacer esta película, pues piensa que casi casi era lo primero que yo hacía. Por lo tanto, artísticamente no nos conocíamos, ni ella a mí ni yo a ella. Nos conocimos en aquella película. Y luego después, sí, cuando pasaron un par de años, allá en el 64 o 65, yo sí ya, cuando ella se fue del tablao flamenco, sí la llevé conmigo. Tuve el honor de presentarla como primera figura femenina en mi espectáculo. Creo que era el primer espectáculo que ella hacía. Yo ya había hecho varios. La llevaba conmigo y estuvo un par de años. Tenemos la enorme suerte de, teatralmente, haberla lanzao. Luego, después, con toda la clase que tiene, pues imagina todo lo que ha hecho después.

Rocío fue tu primera compañera en el cine, pero hay una mujer que ha hecho un montón de películas contigo, y que tú y yo queremos muchísimo. Es...

Concha Velasco. Concha Velasco es una de mis grandes debilidades. Es una compañera... bueno tú lo sabes, pero el público tal vez no lo sabe. Es una compañera increíble. Es una artista, bueno eso sí que lo sabe. Es incomensurable. O sea, igual le da una comedia, igual le da que sea una cosa más profunda... Vamos, se lo come todo. Es una persona... lo que nosotros llamamos "una bestia" en el mundo del espectáculo, porque puede con todo.

¿Cuántas películas habrás hecho con ella?

Cinco.

La última que tú has hecho fue....

En mi carrera la última que yo hice fue "Todo es posible en Granada", en 1.981.

Manolo, la radio te lanzó a finales de los sesenta y principios de los setenta. El cine te mantuvo hasta los ochenta. ¿Cómo ha influído en tí la televisión?

Bueno, la televisión, en una persona que, como yo, se dedica a cantar, tiene que influir muchísimo. Yo recuerdo de la televisión haber hecho... pues, todos los programas habidos y por haber. Incluso he llegado a hacer un programa, de gran éxito además, como presentador, como ocurrió con aquello de "goles son amores" y "mañana serán estrellas". Programas que, de verdad, me dejaron un recuerdo imborrable.
Pero también yo recuerdo en mi primera época, cosas de haber cantado junto a compañeros. Yo grabé un disco con unos cuantos amigos, entre ellos Rocío Dúrcal. Y luego hicimos una canción juntos.

Manolo, a lo largo de tu carrera has recibido discos de oro, de platino, medallas, condecoraciones... Pero la gente más cercana a tí sabe que tu mayor alegría, tu mayor orgullo, es tu hija Vanesa. ¿Piensa seguir tus pasos?

No, no lo sé. No es mi mayor alegría, mi mayor orgullo. Es mi mejor canción, la mejor canción que he hecho en mi vida. No sé si seguirá mis pasos algún día. No lo creo, porque ella ahora, el año que viene ya va a ir a la universidad, quiere estudiar periodismo. O sea, que tampoco está muy lejos. Ahí sí que te la presentaré un día para que la vayas informando. Vanessa es la persona que a mí me ha dado las alegrías más grandes del mundo. Yo recuerdo haber cantao con ella, cuando tenía cuatro años, una canción que se llamaba "papá, te quiero mucho". Y grabé también "mi pequeña flor", que es un bolero precioso. La empecé a cantar cuando ella tenía un año, y todavía la sigo cantando. Fue disco de oro y una de las canciones más bonitas que yo tengo.

Manolo, ya casi sin darnos cuenta hemos llegado al fnal del programa. Suena la copla no ha podido dar la medida de una carrera tan extensa como la tuya. Pero bueno, al menos hemos recordado algunas de tus canciones, que ya forman parte de la copla. Manolo, para despedirnos, dedícanos una canción tuya, la que quieras.

Yo quisiera despedirme con una canción de lo último que he hecho, pa que la gente vea que todavía estamos vivos. He hecho un disco, el último disco mío, "Con mi acento". Un disco de versiones de gente muy dispar, como puede ser Gabinete Caligari, o Joaquín Sabina, o El último de la fila, o Seguridad Social. Bueno, pues de todas esas, claro, con mi acento, yo he hecho versiones. Os voy a dejar con una que es tremendamente flamenca, y que en su momento la popularizó Seguridad Social. Pero que yo creo que ellos, cuando la escribieron, la escribieron pensando en mí, porque me va como anillo al dedo. Os voy a poner "Chiquilla". ¿Os parece?

 
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